Capacidad de pago: la clave para mantener tus finanzas bajo control
Tener finanzas saludables no se trata sólo de cuánto ganas, sino de cómo gestionas lo que tienes. Uno de los conceptos
esenciales para lograrlo es la capacidad de pago, un término que puede sonar complicado, pero en realidad es muy fácil
de entender. En este blog, te explicaremos qué es y por qué es importante.
Febrero 2025
#ParaTodos #Crédito #ConceptosBásicos #BlogsyTips
¿Qué es la capacidad de pago?
La capacidad de pago es el monto máximo que puedes destinar a cubrir deudas o compromisos financieros sin afectar tu
salud financiera. En otras palabras, es la manera de asegurarte de que puedes cumplir con tus obligaciones sin dejar de
cubrir tus necesidades básicas como alimentación, vivienda y transporte.
¿Por qué es importante conocer tu capacidad de pago?
Saber cuánta deuda puedes asumir te ayuda a evitar el sobreendeudamiento, una de las principales causas de estrés
financiero. Además, conocer tu capacidad de pago te permite:
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Planificar mejor tus gastos. Al saber cuánto puedes pagar mensualmente, puedes tomar decisiones más
informadas al solicitar un préstamo o utilizar una tarjeta de crédito.
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Proteger tu salud financiera. Evitas caer en situaciones en las que tus deudas se convierten en una
carga insostenible.
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Construir un historial crediticio positivo. Mantener un manejo responsable de tus deudas contribuye a
mejorar tu calificación crediticia, lo que te abrirá más puertas en el futuro.
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Cumplir tus metas financieras. Al mantener tus deudas bajo control, puedes destinar recursos a otros
objetivos importantes, como ahorrar
para una emergencia, invertir en tu educación o alcanzar sueños de largo plazo.
¿Cómo calcular tu capacidad de pago?
Calcular tu capacidad de pago es un ejercicio sencillo, pero fundamental para mantener tus finanzas saludables. Este
cálculo te permite saber cuánto puedes destinar al pago de deudas sin comprometer tu estabilidad financiera. Aquí te
explicamos paso a paso cómo hacerlo:
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Comienza identificando tus ingresos mensuales netos. Estos son los ingresos reales que recibes cada
mes, ya descontados los impuestos y deducciones. Si tienes ingresos adicionales, como bonos o comisiones, incluye solo
aquellos que son recurrentes y confiables.
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Resta tus gastos necesarios. Tus gastos necesarios incluyen todo lo imprescindible para tu vida diaria: renta o
hipoteca, servicios básicos como agua, luz e internet, transporte, alimentación, entre otros. Al restar estos gastos de
tus ingresos, obtendrás tu ingreso disponible, que es la cantidad de dinero con la que cuentas para otros propósitos.
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Calcula tu capacidad de pago. Tu capacidad de pago debe ser aproximadamente el 30% o 35% de tu ingreso
disponible. Esto significa que, después de cubrir tus necesidades básicas (ojo, incluye el pago de créditos que ya
tengas), deberías destinar como máximo este porcentaje de tus ingresos al pago de nuevos créditos.
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¿Por qué solo el 30% o 35%? Porque necesitas margen para otros gastos importantes para tener una vida plena, como
entretenimiento, gustos o hobbies y, sobre todo, para que tengas capacidad de ahorrar. Este equilibrio es clave para
mantener tu salud financiera y evitar el estrés que genera el sobreendeudamiento.
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Evalúa tus decisiones de crédito. Antes de solicitar un crédito, asegúrate de que el pago mensual no supere tu capacidad
de pago calculada. Si asumes una deuda cuyo pago exceda este límite, podrías encontrarte en dificultades para cumplir
con tus obligaciones financieras, comprometiendo no solo tu presupuesto sino también tu historial crediticio.
Consejos para mantener tu capacidad de pago saludable
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No ignores los pequeños gastos. Los llamados “gastos hormiga” pueden parecer insignificantes, pero al sumarlos pueden
representar una parte importante de tus ingresos y pueden afectar tu capacidad para hacer frente al pago de tus
créditos.
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Planifica antes de adquirir nuevas obligaciones. Pregúntate para qué necesitas el crédito y ten claro un plan de cómo lo
pagarás sin afectar otros aspectos de tu vida.
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Prioriza el ahorro. Siempre reserva un monto o porcentaje de tus ingresos para el ahorro. Esto te ayudará a contar con
un colchón y evitar deudas ante imprevistos.
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Lleva un registro detallado. Usa herramientas simples como una libreta, aplicaciones móviles o plantillas digitales para
monitorear tus ingresos y egresos.
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Revisa periódicamente tu presupuesto. Las necesidades y prioridades pueden cambiar con el tiempo. Mantener tu plan
financiero actualizado te ayudará a evitar sorpresas.
Conocer y gestionar tu capacidad de pago es una de las mejores formas de cuidar tu salud financiera. Este concepto no
sólo te permite mantener el control sobre tus deudas, sino también construir una base sólida para alcanzar tus sueños y
objetivos.